Solo una noche en Rio de Janeiro - No me jodã uste es si es moito hüevon?

Nunca me imagine que un viaje de 20 minutos en metro pudiera cambiarlo todo. A penas salí de la estación dude de mis alrededores. No existía mas el post-apocalíptico Rio de Janeiro. La unidad absoluta se había transformado en la irregularidad de calles pobladas de personas, con mucho shopping, y con una variedad de bares y restaurantes para escoger. Claro ruido de todos sabores, olores de todos gustos, la situación se había tornado normal. Me sentí aliviado y defraudado a la vez. Alivio porque percibía la normalidad que estaba acostumbrado. Medio triste porque el mundo estaba decadente la vaina esta seguía en caída libre y no parecía tener fin. Seguro y todo el mundo seguia en Feisbuk.

No me tomo mucho encontrar el Hostal Mangos Sicodélicos parte porque sha hacia mejor uso del mapa y segundo porque ya pisaba fuerte. Equivoque una izquierda con una derecha pero no paso para mas. Toque el timbre del Hostal como si fuera el de mi casa, ¡abran chinga! Pensé cuando veía que la puerta no se abría. Se abrió, la empuje y entre –no big deal here. Después de la conversación protocolaria entre el viajero y el recepcionista, se me increpó el hecho de que mi reservación era para una sola noche. Sorprendido pregunte si había algún problema. “Por supuesto que no” contesto el recepcionista. Aunque después volvió hacerme otra observación sobre el timing de mi estadía en Rio. “¿Y también porque viniste el lunes y no el fin de semana? –una pregunta que no supe responder, pero cuya respuesta obtendría un mayor significado al día siguiente cuando estuviera abordando el avión que debía llevarme al norte de Brasil.