relato de un viaje de reencuentro con el viaje mismo. En donde el cielo vive en las playas y donde uno no deja de sentir exuberancia y extremidad.
Sunday, November 21, 2010
El reencuentro con mi 777
Ää ã ç ë æ œ
Reencuentro con el Boeing 777 – Desde el asiento 30E vislumbro la lejanía de mi vida. Me miro waving my hand a todo, vida diaria, trabajo.. Había abordado el avión sin ningún contratiempo. Faltaba aterrizar y comenzar a caminar para todos lados. Una vez que encontré mi asiento mi mente comenzó a disparar una variedad de pensamientos. Pudieron haber sido solo presentimientos en realidad no lo sé… Sentí valentía, temor, desolación, angustia pero cualquier metafísica negativa me llevaba a sentirme de poca madre. Necesitaba un trago. Por fortuna pasaron las cougarish flight attendant con el carrito de bebidas, me sirvieron mi whisky en las rocas y fue así como pude empezar a escuchar ecos. Pensé a la madre güey hombre al agua y con gusto brinde en silencio. Estaba sentado en medio de dos parejas paulistas. Ver los letargosos rostros de los acompañantes me llevo a recordar aquellos tiempos cuando viajaba con Lady Kokodrile. ¡Qua bem pedo! –pensé con mi sopa de frases internacionales. Viajaba solo. Como en les ancient temps. Ay güey que expresión tan chida... Lo que hacían dos gotitas de whisky.
No podía sentirme triste si había dejado a tras a Lady Kokodrile. Vale hombre que joder… Si mi madre me había parido sola, tres pujidos con gritos (anda saber si grito) y yo encontré la luz y salí de una visté. El doctor y las enfermeras estaban ahí que podían hacer si a ellos no les dolia. Acá también en el 777 tengo el piloto y las cougarish-flight-attendents ayudándome a renacer dentro de este vuelo. Se que la analogía esta chafa pero bueno. Fíjate bien che, acá estoy con el mismo deseo de vivir, digamos que ahora es un desenfrenado deseo de existir para seguir extendiendo la manta estelar. ¿Qué la familia que opina? Me pregunto a mi mismo. Pues que han de pensar que estoy loco supongo, que se yo… Mira que si algo he hecho bastante bien es deshacerme del juicio de la familia. De nada me sirven total si los preciso ahí están donde los deje.
Ahora estaba trepado en el Boeing 777. Medio borracho o mareado. Me perdía en otro laberinto de ideas, incongruencias voçes saben… Me sentía a leguas un poco fuera de sintonía. Me pase viajando con Lady Kokodrile el casi dos años olímpicos que había olvidado como navegar las horas en un 777. Volar en un triple 7 era considerado viaje Pro en mi lista de audacias. Voyeur Transcendental en términos Sartreanos. Y en términos chilangos un viaje de poca madre. Si era largo y tedioso pero valioso y digno de ser vivido y relatado a quien no caiga victima de la envidia. La gente podía decir que había volado, pero muy pocos sabían lo que era treparse a un 777 para largarse lejos, pero muy lejos…
Subscribe to:
Post Comments (Atom)
No comments:
Post a Comment